La ansiedad es una respuesta, que nos ayuda a responder ante situaciones en las que, de alguna manera, sentimos que estamos en peligro. El problema surge cuando el nivel de ansiedad es inusual o cuando aparece ante situaciones que no suponen un peligro real. 

En muchas ocasiones, gracias al Sistema de Procesamiento de la Información con el que todos contamos, somos capaces de superar el impacto emocional de experiencias graves y peligrosas. Sin embargo, si la intensidad emocional con la que vivimos esa experiencia es demasiado elevada o nos enfrentamos a situaciones difíciles de manera mantenida a lo largo del tiempo, nuestra capacidad para procesar e integrar adecuadamente estos acontecimientos se ve sobrepasada.
En estos casos, pueden aparecer síntomas como ansiedad, insomnio, pesadillas relacionadas con el acontecimiento traumático, bloqueo emocional, estado permanente de alerta, irritabilidad, evitación de lugares o personas relacionadas con la experiencia e incluso se pueden llegar a desarrollar trastornos alimentarios, del sueño, depresivos o de ansiedad, etc.

La autoestima es la imagen que tenemos de nosotros mismos, de lo que pensamos, de lo que hacemos, de lo que sentimos… y condiciona en gran medida nuestra relación con nosotros mismos y con los demás.

La depresión genera en la persona un sufrimiento, ya que se siente un bajo estado de ánimo durante un tiempo relativamente prolongado y generalmente afecta a todos las áreas de la vida. Los síntomas más habituales son falta de motivación, dificultad para disfrutar de actividades que anteriormente habían sido placenteras, alteraciones del sueño y del apetito, disminución del deseo sexual, baja autoestima o dificultad para concentrarse y tomar decisiones, entre otros.

Puede que te haya pasado que, sin saber bien porqué, te encuentras como perdido, y al hacer un repaso de tu vida descubres que por el camino has dejado de hacer cosas, y las que has hecho no responden a tus objetivos o deseos, y puede incluso que no encajen con tus valores.

El ámbito laboral puede ser una fuente de conflictos y emociones negativas, desde el estrés que puede generar un gran volumen de trabajo o una entrega urgente de última hora, al acoso laboral o al burnout. 

La pérdida, ya sea por la muerte de un ser querido, por una ruptura sentimental, por un cambio de ciudad o por cualquier otra razón, es una de las experiencias más duras a las que nos tenemos que enfrentar. Tras la misma, nos espera un proceso de adaptación. 
A pesar de que es un proceso natural, en ocasiones la persona encuentra dificultades para enfrentarse a la pérdida. En estos casos es muy beneficioso el asesoramiento psicológico, que permitirá a la persona aceptar la realidad de la pérdida y  expresar emociones, recuperando así su equilibrio emocional.

La familia es el primer núcleo que conocemos y el vínculo que se crea en la infancia no desaparece nunca. Pero puede que sea fuente de múltiples conflictos y generar sentimientos negativos como tristeza, culpa o exceso de responsabilidad, entre otros, que no van a hacer sino dificultar cada vez más las relaciones entre los miembros de la familia.

Los problemas de aprendizaje pueden afectar la compresión, el habla, la lectura, la escritura, atención o lógica matemática. También pueden tener otra afección, como el trastorno de déficit de atención e hiperactividad (TDHA)

Hoy en día hay mucha más agresividad tanto en juegos como en la televisión en general y al final, en cierta manera acaba trasladándose a los colegios. El Bullying puede ser verbal, social o físico.

Tras descartar causas orgánicas de los problemas sexuales, podemos ayudar a encontrar, entender y trabajar sobre las causas psicológicas, que pueden ser tan diversas como el miedo al embarazo, la dificultad para permitirse disfrutar, la falta de autoestima o las dudas sobre la orientación sexual. 

En ocasiones, los niños pueden presentar problemas de comportamiento con sus compañeros, educadores o padres. Sin embargo, cuando estos comportamientos se dan con una intención clara, continuada y persistente por parte del niño a no obedecer, cuando estos problemas de conducta se agravan, se intensifican y aparecen a diario, es necesario hacer la valoración psicológica